10 jul 2016

I en estiu tindrem tomaques.. si les plantem per Sant Jordi. Sobre el proceso del Catálogo patrimonial de Altea, por Miguel del Rey



I en estiu tindrem tomaques.. si les plantem per Sant Jordi¡¡¡¡¡
Hay días que la crítica es ácida.
El 23 de julio de 2013 escribía el siguiente texto “Se aprobó inicialmente el catálogo de bienes patrimoniales de Altea que hemos redactado. Está en exposición pública. Ha sido un intenso y arduo.. “.
Fue un trabajo colectivo que tuve el gusto y el honor de dirigir y en el que colaboró el propio pueblo mostrando aquel patrimonio importante, el de mayor interés. Fue un trabajo colectivo del que como responsable estoy orgulloso y del cual he recibido muchas felicitaciones, empezando por la propia Consellería y acabando por las instituciones vinculadas al patrimonio o a los colectivos profesionales, algunas también en Altea de las personas interesadas por el patrimonio y por nuestro futuro como pueblo. El trabajo ha desvelado el interés de un patrimonio rico, amplio, variado y capaz de aportar grandes posibilidades culturales y materiales al pueblo, si éste lo sabe gestionar bien. Tengo que seguir agradeciendo a todas aquellas personas que nos ayudaron con sus aportaciones -que han sido legión-, a las que nos permitieron entrar en su casa -muchísimas personas y muy amables en todos los casos- permitiendo entrar en su mundo para conocerlo y valorarlo. Gracias por supuesto a todos aquellos que, desde diversos puntos de vista y diversas disciplinas y oficios, nos acompañaron por el territorio para desvelarnos los aspectos de interés que ellos conocían. También a los técnicos municipales que nos han apoyado, y aquellos grupos políticos que han valorado positivamente nuestro trabajo. Hay que olvidarse en cambio de otras cosas, pues al final conseguimos tener un interesante y atractivo documento que ponía en valor un patrimonio para ser gozado y gestionado por nosotros y nuestros hijos y ser uno de los posibles pilares de nuestra economía como potencia turística que debe ofrecer algo particular, algo propio. El propio Catálogo sirvió para permitir sacar a la luz más cosas de lo que esperábamos y de una calidad excepcional, tanto que ha sido objeto de estudios pormenorizados y ha logrado poner a Altea en línea en diversas cuestiones que hasta ese momento eran completamente desconocidas. Todo ello justifica ya en sí el trabajo y es suficiente.
Pero con el tiempo el entusiasmo del discurso ya no sería el mismo de aquel 23 de Julio de 2013. Tras las experiencias observadas, las votaciones realizadas en el consistorio, el posicionamiento de los grupos políticos… la aplicación de ese mal generalizado en lo contemporáneo del populismo disfrazado de frases y acciones deslumbrantes en su denominación y en demasiadas ocasiones vacias de contenido, cuando no estériles por el propio planteamiento de la acción; unidas a la vieja tradición de los pueblos de nuestra tierra de no hacer ni dejar hacer, a lo que se unen los intereses personales de algunos que se escandalizan cuando les afecta, aunque sea ligeramente, una cierta protección de su patrimonio ( justamente los de el patrimonio menos atractivo y menos afectado por protecciones, pues el más protegido no ha tenido contestación alguna), están retrasando la puesta en vigor de un trabajo fresco y propositivo. Es una pena…., pero quizás las sociedades tienen que seguir su propio destino, en ocasiones el cruel destino de atravesar el desierto para llagar a un oasis… en el que esperemos aún quede algo que salvar.
Pero alegrémonos, siempre nos quedará el documento, o sea la memoria. 
I en estiu tindrem tomaques.. si les plantem per Sant Jordi¡¡¡¡¡

5 jul 2016

Hotel Panorama- Albir - Bahia de Altea



El Hotel Panorama fue un buen ejemplo de la incidencia del Movimiento Moderno en los inicios de los Sesenta, similar a otros muchos hoy ya desaparecidos, o restantes, como la Casa Norholl, situada en la parte sur del puerto de Altea.  Modelos para un público nuevo y para nuevos programas; vinculada a la arquitectura que traen directamente a España los nuevos visitantes escandinavos. Un edificio propio del catálogo de la modernidad interpretada por albañiles locales que siguen al pie de la letra las indicaciones del propietario, del arquitecto o del técnico local que desarrolla los planos que se le facilitan.

Tanto la forma como la composición y las dimensiones de los elementos de su arquitectura, están dentro de la tradición moderna, ajenas por demás a las formas dominantes en la Altea del momento. Es un ejemplo de aquella modernidad positivista de postguerra europea, sencilla, directamente constructiva, abstracta, rompedora con la tradición, que algunas revistas ilustradas de esos momentos valoran como paradigma del racionalismo.
Fotos Hnos. Coello. Archivo Huguet / Tratamiento de la imagen MdR